15/4/10

- EDUCACIÓN POR ENCIMA DE TODO



SUCESO 1: El día 6 de abril 2010 hubo una agresión por parte de una alumna al examinador que la había suspendido por entrar en dirección prohibida.
SUCESO 2: El día 15 de abril de 2010, todos los examinadores de España se manifiestan durante 5 minutos frente a la Jefatura de sus respectivas provincias para denunciar los hechos y pedir que se les consideren autoridad, para que en caso de volver a repetirse hechos similares esté tipificado en el código penal.

COMENTO  suceso 1: Sea quien sea  que entre en dirección prohibida, ya sabe que incumple la ley y debe aceptar las consecuencias. Así que si una alumna no ha visto la señal, si se ha puesto nerviosa o si ya está cansada de dar clases, pero quiere tener el carnet, no tiene más remedio que hacer una cura de humildad, seguir abriendo bien los ojos, tomar baños de manzanilla,  tila con hielo y aprender a hacer autocrítica.

COMENTO suceso 2: No es ahora la primera vez que se ha agredido a los examinadores, eso ya viene ocurriendo años atrás, pero no creo que la solución pase por ser más o menos autoridad, sino que muchas malas situaciones no se darían si los examinadores tuvieran en cuenta la opinión del profesor, por lo menos en los casos de duda. Los profesores nos encontramos indefensos porque el alumno da las clases que quiere, va a examen cuando quiere y luego se queja de que no le aprueban.

 Está demasiado extendida la mentalidad de que uno va a la autoescuela a comprar el carnet, como quien va a comprarse una camisa y además lo quiere barato porque necesita el dinero para comprarse el coche; no va para aprender, no dejan (diré en general) que los profesores les asesoremos, porque piensan que todo lo que pagan por la clase lo cobra el profesor y que si les decimos que den más clases es para nuestro propio benefico, cuando en realidad el que den menos clases y suspendan es la gran ganancia de la autoescuela no del profesor. 
En el momento del examen solamente los profesores tenemos las tres visiones:
A) sabemos la capacidad del alumno,
B) conocemos las manías del examinador y
C) conocemos las dificultades del recorrido.
Teniendo pues tanta información, no tenemos ni voz ni voto. O peor aún, podemos hacer que suspendan a un alumno pero no podemos hacer que apruebe.

Pero en el fondo, fondo, el remedio no está en tener más o menos autoridad (algunos examinadores con la cara que llevan al trabajo ya ponen firmes al personal), sino que está en la educación; mientras que por un lado los alumnos no sean conscientes de que se trata de adquirir hábitos de comportamiento civilizado y que eso cuesta tiempo, dinero, "paz y ciencia" y por otro lado la Administración no admita la opinión de los enseñantes, y de los directores cumplan con su cometido y  dejando a los propietarios la gestión del negocio, seguirán los altercados. 

EL CONDUCTOR DE LA VIÑETA PUEDE QUE DIERA POCAS CLASES INCLUSO QUE APROBARA A LA PRIMERA, Y QUE LOS EXAMINADORES YA FUERAN AUTORIDADES, VALE ¿Y ESO DE QUÉ LE SIRVE SI ARRASA CON TODOS?


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1 comentario:

Antonio dijo...

Estoy completamente de acuerdo en que nunca y bajo ningún concepto puede justificarse una agresión física a un examinador (después de todo estamos hablando de un delito de faltas). Creo que suspensos los hay justos, injustos y discutibles. El tema está en que, tal y como se comenta en el post, hoy por hoy el veredicto del examinador es en la práctica inapelable, y éste no se deja en general -hasta donde yo sé- aconsejar ni por el profesor ni por nadie en casos discutibles. Sí, efectivamente, en la "papeleta" del examen hay una anotación que dice que el resultado del examen es "recurrible" ante no sé qué autoridad de Tráfico, pero eso, en la práctica, sirve para poco o nada.

Supongo (y es más, estoy seguro) de que en el gremio de examinadores hay de todo: Desde prepotentes a más no poder (mi primer examen) hasta gente con la que da gusto examinarse (mi tercer examen). Lo que no me parece muy de recibo es que los examinadores exijan el grado de "autoridad pública". Por esta regla de tres, cualquier trabajo de cara al público -hay un caso reciente en una oficina del Inem de Valencia- a la que entró un desempleado armado con cuchillo y palos- sería susceptible de ser considerado "autoridad pública". Al final, todos seríamos "autoridad pública". Hay que poner, creo, las cosas dentro del tiesto, y procurar que no se salgan demasiado del mismo.

Está claro que la situación que estamos viviendo (crisis económica, paro masivo) no favorece demasiado el que las cosas vuelvan a su cauce, con alumnos que no pueden gastarse ni un céntimo más de un presupuesto previo -y escaso-, presión psicológica para obtener un carnet de la que puede depender un puesto de trabajo... No sé, es muy complicado, pero la compostura no se puede perder, porque si no el problema será mayor para todos.