Si bien en las carreteras, pueden tener un mayor éxito, en las ciudades no tan grandes no terminan de ser la solución ideal, ya que se adapta el diseño al terreno ya construido y no siempre han tenido la mejor fortuna.
El fallo que yo le veo a esta nueva moda es que siendo en principio un diseño que quitaba las esquinas, que son los puntos donde existe menos visibilidad, gana la cuestión estética sobre la comodidad habiendo pasado a segundo término la visibilidad y ahora resulta que no se ven los vehículos que circulan por los carriles más interiores. Os pongo unos ejemplos para que veáis a que me refiero.
Todas tienen un bonito diseño, que naturalmente hacen más atractivo el entorno, pero cuando las intersecciones no son tan grandes se crea un verdadero atasco para entrar en ellas, más incluso que si hubiera stop o semáforo.
La rotonda o glorieta, se define en el Anexo I de la Ley de Seguridad vial, punto 79. Se entiende por glorieta un tipo especial de intersección caracterizado porque los tramos que en él confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una circulación rotatoria alrededor de una isleta central.
No son glorietas propiamente dichas las denominadas glorietas partidas en las que dos tramos, generalmente opuestos, se conectan directamente a través de la isleta central, por lo que el tráfico pasa de uno a otro y no la rodea.
La circulación por las rotondas o glorietas, debe hacerse del siguiente modo:
2.- Una vez que se circula por la rotonda, hay que hacerlo en sentido contrario al de las agujas del reloj, dejando la parte central de la glorieta que no es calzada, a la izquierda.
3.- Podemos utilizar cualquier carril de la rotonda, dependiendo de la salida que debamos tomar, y por ello, hay que elegir bien el carril que mejor se adapte a nuestro destino.
4.- En todo caso, hay que señalizar los cambios de carril dentro de la rotonda, incluso si no se pudiese cambiar de carril, seguiríamos girando a la vez que intentamos aproximarnos al carril derecho sin molestar.
Así que una de las recomendaciones más importantes es que HAY QUE MIRAR POR LOS TRES ESPEJOS incluso ladear la cabeza para comprobar que no tenemos ningún vehículo en el ángulo muerto, ya que a esa dificultad se le añade la curvatura de la vía.
Otro error común, y muy peligroso, es la velocidad de acceso a las rotondas, que suele ser muy superior a la permitida.
Y por si no tenéis suficiente lío y os animáis mirad las rotondas que hay en Gran Bretaña que con lo de circular por la izquierda, hay que haber estudiado bajo tierra para entenderlas. Bueno, de todos modos os pongo las fotos por si no os acordáis o no las habéis visto.
Cartel indicador de los distintos lugares a los que podemos llegar. Fijaros que en las rotonditas se circula en sentido contrario a nosotros, es decir por la izquierda, pero por la más interior y grande, circulan como nosotros, por la derecha, dejando el centro a su izquierda.
¿Os ha quedado claro con qué mano coméis?
Hay unas cuantas como ésta, pero esta la encontraréis en Swindom, entre Londres y Cardiff.Bueno como podéis comprobar hay muchos modelos de rotondas, incluso muchas maneras de afrontarlas (incluso los examinadores tienen criterios diferentes), así que como os he recomendado antes, mucho mirar y girar la cabeza, primero para que no te den y segundo porque el que viene del ceda siempre es el que tiene la culpa.
En muchos lugares de Europa y algunos de España vieron que las rotondas circulares tenían problemas, así que pronto pasaron a implantar las llamadas TURBOGLORIETAS o TURBORROTONDAS, que tienen una estructura similar a las glorietas, pero las lineas de carriles son continuas, y es el propio carril el que guía a los conductores desde el carril de acceso a ella, se está eligiendo la salida/destino, y una vez que se entra, te guía completamente hasta el punto por donde debe abandonarse. El régimen de preferencias y utilización de carriles, es mucho más ordenado.
CONSIGUE MÁS EXPLICACIONES AQUÍ
MENÚ PRINCIPAL